Tener una o varias tarjetas de crédito o débito es algo de lo más habitual. Su uso se ha popularizado enormemente, y es un medio de pago cómodo. Además, en plena pandemia por el COVID-19, pagar con ellas es mucho más recomendable, ya que evitan la transmisión del virus por medio de monedas y billetes. Estos medios de pago presentan semejanzas, pero ¿sabes cuáles son las diferencias entre las tarjetas de débito y crédito? Lee con atención para saber más.
¿Qué son las tarjetas bancarias?
Se trata de unos productos financieros que ya poseen un tiempo de vida largo. Las tarjetas bancarias consisten en un «plástico». Así se les denomina en el argot de las entidades, que están vinculadas a una cuenta bancaria. Cada vez que se usan, ya sea en una retirada de efectivo o en una compra. El importe que utilicemos será restado al que poseamos en la cuenta bancaria. Pero las tarjetas bancarias operan de diferente manera, según sean de débito o crédito.
Diferencias entre las tarjetas de débito y crédito
Para comenzar, las tarjetas de débito son aquellas que permiten operar con el capital que poseamos en nuestra cuenta. Es decir, nos proporcionará el efectivo o dejará hacer la compra por el valor que sea hasta que agotemos el saldo. Las tarjetas de crédito proporcionan al usuario la posibilidad de gastar un dinero que no se tiene. Y el coste de la operación o retirada lleva aparejado unos intereses.
Muchas tarjetas de débito y crédito no tienen coste de mantenimiento. O bien este es asumido por la entidad financiera siempre y cuando se realice alguna operación con ella por un importe mínimo. Este coste suele ser variable, y en ocasiones, y si somos buenos clientes, podemos solicitar a la entidad que se anule la comisión. Aún no habiendo realizado gasto con ellas.
Tipos de pago con las tarjetas de crédito
Las tarjetas de crédito permiten el pago de diversas maneras. Con ellas se puede pagar el importe de lo devengado durante un periodo de tiempo, generalmente a final de mes. Puede realizarse el pago total de lo consumido, en cuyo caso no hay intereses o son mínimos. Pagar una cuota fija al mes con sus intereses, o bien un porcentaje sobre la deuda que tengamos. De esta forma se puede pagar poco a poco el capital que tengamos que amortizar. Algunas tarjetas de débito permiten cierto margen, generalmente pequeño de crédito, que puede abonarse o bien a final de semana o de mes.
Las tarjetas de crédito suelen requerir un estudio de viabilidad por parte de la entidad financiera. La cual necesita saber que vamos abonar las cuotas y no nos convirtamos en morosos. Ambas son productos muy extendidos y cómodos, si bien las tarjetas de crédito han de utilizarse con inteligencia. De no hacerlo así, se puede generar una deuda importante que sea difícil de gestionar.
Finalmente, las tarjeta de débito y crédito llevan aparejados unos seguros, que son muy interesantes en el caso de las últimas. Nos protegen de la utilización fraudulenta, robos o bien nos prestan coberturas en el caso de incidencias en viajes. Para poder aprovecharse de este tipo de seguros, es muy interesante conocer adecuadamente las condiciones cuando la contratemos.
Las diferencias entre las tarjetas de débito y crédito son varia. Pero combinarlas para nuestros operaciones, ya sea en compras o viajes, puede ser una buena forma de poder aprovechar todo su potencial.