Aunque pignorar no es un verbo que utilizamos en nuestro día a día; si estás en el proceso de compra de una casa o cualquier otro bien, tal vez que hayas encontrado con la opción de pignorar un préstamo. ¿No sabes qué significa? No te preocupes, vamos a explicártelo.
Qué es un préstamo pignorativo
Como sabrás, al solicitar un préstamo debes ofrecer una garantía de que vas a devolverlo. Por lo general, esa garantía es tu patrimonio, tanto el que ya posees como el que tendrás en el futuro. Hay ocasiones en los que la entidad que va a realizar el préstamo te pide una garantía adicional, la pignoración de un bien. Esto significa que te están pidiendo que pongas en sus manos uno de tus activos, como el coche, una vivienda o un depósito bancario, entre otros. Su valor debe corresponder al dinero que te va a ser prestado.
Esa pignoración del bien ha de constar en una escritura pública; y cuando acabes de devolver todo el importe, el bien volverá a tus manos.
Qué pasa con el bien pignorado
Ahora bien, si te piden esa garantía adicional, deberás saber que no podrás utilizar la prenda que has puesto como garantía hasta que no hayas devuelto el dinero en su totalidad. Pongamos el ejemplo que pones tu vehículo en prenda, entonces no podrás ni conducirlo; ni venderlo ni moverlo mientras que no hayas acabado de pagar la deuda.
Si incumples con esta cláusula, la entidad bancaria o el prestamista que haya puesto el dinero podrá vender el bien en una subasta pública. Y, si desea quedarse con él, tendrá que adquirirlo en esa subasta.
Ahora bien, si has señalado como bien pignorado unas acciones o cualquier otro producto financiero; podrás utilizar los beneficios como parte de la devolución del capital que te han dejado.
Cuáles son los beneficios de pignorar un préstamo
Si estás pensando en acceder a un préstamo de esas características, ten en cuenta que:
– Como ya explicamos, no podrás disponer del mismo, pero sí de la rentabilidad que genere. Es decir, no podrás vender unas acciones, pero sí cobrar los beneficios.
– Los gastos que conlleva su formalización son más bajos que los de un préstamo con garantía hipotecaria. Tampoco tendrás que hacer una doble escritura.
– Por lo general, el interés aplicado es muy atractivo. Por lo cual no hay comisiones ni de amortización ni de cancelación por anticipado.
– No vas a pagar impuestos del activo financiero mientras esté pignorado.
Lo que sí debes tener en cuenta es que este tipo de préstamos solo se suelen ofrecer a personas que tienen un patrimonio mínimo de unos 80.000 a 100.000 euros. Además, los plazos suelen ser de entre 8 y 10 años (menores que una hipoteca). Así pues, si quieres optar a pignorar un préstamo, ya sabes qué condiciones has de cumplir. Consigue financiación de hasta 100.000 € en Préstamos Ideales.