Las personas asfixiadas por los pagos mensuales de sus numerosas deudas suelen preguntarse: ¿se pueden reunificar los préstamos? La respuesta es sí.
Qué es la reunificación de deudas
Este procedimiento permite agrupar todos los préstamos e hipotecas en activo en un único préstamo. De este modo tan solo se debe pagar una cuota mensual, renegociada; y con un importe inferior al de la suma de todas las cuotas que se estaba obligado a asumir.
En consecuencia, la exigencia financiera que se soporta cada mes se reduce, se optimiza y se simplifica. Pues la reunificación hace posible responder ante un único acreedor. Como contrapartida, el plazo de amortización aumenta y, por lo tanto, también el coste total del pago completo, porque los intereses aumentan.
Quién puede gestionar una reunificación de préstamos
Las personas que ven en esta fórmula una oportunidad, tienen dos opciones. Acudir a las empresas especializadas en esta actividad, conocidas como mediadoras. O negociar con la entidad bancaria con la que tienen contraídas la mayoría de sus deudas pendientes.
En qué consiste el proceso de aceptación
El procedimiento es similar al de cualquier otra solicitud de crédito. La empresa o la entidad recoge la información que precisa, estudia el caso concreto y valora cuáles y de qué naturaleza son esas deudas; qué intereses se están pagando, qué plazos de amortización tienen y con qué activos e ingresos económicos cuenta el deudor. Analizándolo todo, se aprobará o no la operación y se definirán las condiciones de pago renovadas.
Si la iniciativa llega a buen puerto, todas las deudas quedarán canceladas y se reunificarán en un único y nuevo préstamo. El cual permitirá ir cumpliendo con todas esas obligaciones de pago de una manera más racional y asumible; con una cuota mensual inferior.
El lado oscuro de la reunificación de préstamos
Esta fórmula es una posibilidad, pero en ningún caso debe ser la única tabla de salvación. Porque puede generar más perjuicios a sus beneficiarios: los periodos de amortización aumentan muchísimo y los intereses suelen ser más altos. Por lo general, las cuotas iniciales son inferiores, pero van aumentando progresivamente. Lo que a veces produce una vuelta o un empeoramiento de la crítica situación inicial. En todo caso, aunque los pagos mensuales disminuyen, la deuda total aumenta.
Tipos de reunificaciones
Existen dos grandes tipos: no hipotecarias e hipotecarias.
Las primeras son, en realidad, un nuevo préstamo personal por el valor de todas las deudas. Si se opta por ellas, hay que considerar también los gastos y costes del nuevo préstamo y de las cancelaciones. A menudo, requieren la figura de un avalista. Las hipotecarias son las más frecuentes y utilizan la vivienda en propiedad del contratante como garantía de pago; siempre y cuando no esté ya hipotecada.
¿Se pueden reunificar los préstamos?, era la cuestión. Sí. La pregunta ahora es: ¿realmente interesa? Si estás buscas financiación, no busques más, compara los mejores préstamos en Préstamos Ideales .