Actualmente es posible acceder a una buena cantidad de opciones de financiación interesantes. Gracias a ellas, podemos afrontar nuestros proyector personales y profesionales. Sin embargo, podemos encontrarnos con un problema; este no es otro que el de tener demasiados frentes abiertos. Préstamos personales, hipotecas, tarjetas, créditos al consumo… La situación puede llegar a ser algo agobiante. Quizás sea el momento de abordar la manera de acabar con esta tesitura. Te contamos cómo reunificar deudas puede ser la manera de comenzar a vivir de otra forma, cuáles son las ventajas y sus inconvenientes.
¿Qué es una deuda?
Una deuda es la obligación de devolver una cantidad económica que hemos percibido con anterioridad. El cobro de una deuda se hace con unos plazos establecidos, cuotas, que tienen una duración determinada y que devengan un interés. Este, en el caso de los préstamos bancarios o financieros suele ser fijo. Existen otro tipo de deudas con interés variable, uno de ellos son los préstamos hipotecarios. Si la deuda no es satisfecha en tiempo y forma, se produce una reclamación por parte del prestamista, que puede aplicar comisiones e intereses de demora.
En España, los últimos datos arrojan una cifra de vértigo, la que los particulares deben a las entidades de crédito y bancos una cifra que ronda los 695.000 millones de euros. Eso sí, la situación de pandemia ha aumentado el nivel de ahorro y ha hecho que el endeudamiento se encuentre en niveles próximos a los de 2006, es decir, muy bajos.
Diferentes tipos de préstamos
Para que exista deuda se tiene que haber producido un préstamo previo. Actualmente nos podemos encontrar con los siguientes tipos de préstamos:
Préstamos personales
Se otorgan a nivel personal y sirven para cubrir una necesidad concreta. Dependiendo de la entidad que lo conceda, los intereses pueden variar. Estos préstamos pueden conseguirse además con el saldo de la tarjeta de crédito.
Préstamos al consumo
Son aquellos que adquirimos para la adquisición de bienes. Desde un ordenador a un coche. Pueden otorgarse desde los propios comercios, que tienen acuerdos con entidades bancarias y de crédito. Son muy habituales en España.
Préstamos hipotecarios
Son los destinados a la compra de un inmueble. Es este propio el que sirve de garantía, y su ejecución es a medio y largo plazo, hasta unos 30 años. Los préstamos hipotecarios pueden ser mixtos, fijos o variables. En España, el importe medio para una hipoteca es de 125.000 euros.
Cuando firmamos un contrato de préstamo, estamos adquiriendo una obligación. Esta no es otra que la de abonar las cuotas en plazo y forma. Para ello, debemos realizar una adecuada planificación de ingresos y confrontarla con los gastos. Como regla general, el nivel de endeudamiento de una persona no debe superar el 30% de sus ingresos. Sobrepasar esta cantidad puede llevarte al sobreendeudamiento.
¿Qué ocurre si te sobreendeudas?
Tu capacidad de pago se ve limitada y la consecuencia directa es que cada vez tienes más dificultades para abonar tus cuotas. Suele ser habitual que se deje alguna letra sin abonar, que se devengan intereses de demora y recargos. Igualmente, nuestra solvencia financiera y nuestro historial crediticio comienza a caer. La consecuencia final puede ser incluso entrar en un fichero de morosos. Con ello, se abre una nueva posibilidad: se nos cierra el grifo. Los bancos y muchas entidades financieras no ofrecen préstamos a quienes estén en uno de estos ficheros. Pagar la deuda, o dejarla expirar 6 años, es la única salida.
Antes de que esto ocurra, y si encuentras dificultades a la hora de pagar, lo más sensato es comunicar nuestra situación a la entidad financiera o banco. Siempre que exista un compromiso de pago por tu parte, puede negociarse una solución a este inconveniente. Sin embargo, una de las posibilidades que más puede interesarte es la de reunificar tus deudas.
¿Qué es la reunificación de deudas?
Consiste en calcular cuánto debemos en total de los diferentes préstamos y abonarlos todos en uno. Para ello es importante no olvidar nada de lo que se debe, sumarlo y solicitar financiación por ese importe. De esta forma, en vez de varios préstamos distintos, pagaremos una sola cuota de un préstamo. Es una solución bastante efectiva a la hora de mejorar la economía, ya que no estamos haciendo frente a varias cuotas a la vez, sino a una sola. Créenos, la situación de afrontar diversas deudas cada vez es una gran generadora de estrés y de tensión.
Cuándo conviene reunificar deudas
Cuando notamos que ya no podemos más, que invertimos gran parte de nuestros ingresos, o su totalidad, en pagar deudas contraídas. La situación se vuelve muy tensa y produce mucho agobio. No es necesario ni nada sano prolongar este tipo de situaciones. ¿Has visto esas escenas de película en las que un caballero ha de ir cortando cabezas de feroces criaturas? Pues tener demasiadas deudas es algo similar, con el añadido de que cuando acabas con una probablemente ya hayas empezado con otra. Por tanto, reunificar las deudas es la salida que quizás estabas buscando.
Para ello, debes comunicar la situación a la entidad a la que pretendas solicitar el dinero. Estas reunificaciones pueden hacerse mediante un crédito hipotecario. Una vez que la financiación es concedida, aprovechas para eliminar todos los préstamos y tarjetas que han hecho de tu economía un problema. Ahora, solamente. tendrás un préstamo que pagar.
Ventajas e inconvenientes de reunificar deudas
Reunificar deudas es siempre aconsejable, pero no es una actividad carente de inconvenientes, que los tiene. Sin embargo, puede compensar dependiendo de la situación en la que te encuentres. Lo que no se sostiene por mucho tiempo es tu situación, que no hace más que quitarte el sueño y provocarte más tensión de la debida.
Ventajas
- Afrontas una sola cuota, generalmente más cómoda.
- Tu economía se sanea, vuelves a tener «vida financiera» y tener dinero disponible a final de mes.
- Aprendes la lección, el sobreendeudamiento solo provoca inconvenientes.
- Puedes emprender nuevos proyectos.
Inconvenientes
- Si el nivel de endeudamiento es alto, puede que no consigas esa financiación.
- Si se concede mediante un préstamo hipotecario, es ese inmueble el que sirve de garantía.
- Se pagan más intereses y hay que abonar comisiones de cancelación anticipada.
La clave antes de solicitar una reunificación de deudas es poner pros y contras sobre el papel. Obviamente, a no ser que tengas varios préstamos que te vayas a quitar pronto, las deudas a largo plazo deben ser siempre eliminadas. Además, ten presente que a medida que canceles préstamos con esa reunificación, tendrás que abonar comisiones de cancelación. Haz números y descubre si te va a compensar o no. Reunificar deudas es muy interesante, aunque probablemente pagarás más. Es una sola deuda, pero más larga en el tiempo.
Consejos interesantes a la hora de reunificar deudas
Si consideras que este tipo de préstamo puede interesarte y ayudarte a llevar tu economía de otra manera, has de seguir varios pasos. En primer lugar, conviene hacer saber que una reunificación de deudas no tiene por qué hacerse por una cantidad importante. Puede que el capital adeudado no sea muy relevante, pero que durante un periodo de tiempo nos esté amargando la existencia. En estos casos, ya sea en tu banco o en alguna de las empresas de préstamos rápidos, puedes solicitar esa financiación.
No dejes ningún fleco suelto, es decir, cubre todo lo que tengas pendiente siempre. Si no, volverás a estar en la misma situación en poco tiempo, cosa que además se irá acrecentando. Tu entidad bancaria o financiera puede ayudarte en este sentido, estableciendo un plan de pagos acorde a tu situación. Aunque se prolongue en el tiempo, es mejor actuar de esta manera y acabar de una vez por todas con las deudas.
Píldoras económicas para mejorar tus finanzas
Además, para que una situación de sobredeuda no vuelva a ocurrir, te proporcionamos estas interesantes píldoras económicas. Gracias a ellas, podrás tener un mayor control de tu economía.
- Planifica correctamente tus gastos, y que siempre estén en proporción a tus ingresos.
- Haz un calendario con aquellos pagos periódicos que son de importancia, por ejemplo, los impuestos o los seguros.
- Haz un buen uso de las tarjetas de crédito. Bien utilizadas son un gran instrumento de financiación, pero ten siempre el control sobre ellas.
- Antes de realizar una compra que suponga financiación, valora si se trata de una necesidad o de un capricho. En este segundo caso, probablemente puedas esperar a que tu situación económica esté más saneada.
- Valora la posibilidad del ahorro como una costumbre. Se trata de una buena manera de tener siempre un capital disponible para cualquier situación. Aquí tienes algunos consejos para ahorrar que seguro que son de tu interés. Gracias a ellas, verás como tu economía toma otro cariz mucho mas interesante.
Puedes ver que la tarea de cómo reunificar deudas puede parecer una empresa inasumible, pero no es así. Quizás sea el estímulo que necesitas para que consigas finalizar cada mes con dinero en tu cuenta. Aunque termines pagando más por ese préstamo que cubra al resto, puede que no haya otra manera de hacerlo, y tu tranquilidad ha de estar por encima de todo.