Los bancos y las entidades financieras nos proporcionan tarjetas de débito y de crédito. Ambas son instrumentos válidos para poder realizar pagos en cualquier lugar del mundo. Aportan seguridad en las transacciones y siendo un elemento de uso muy extendido. De hecho, la situación de la pandemia ha disparado el uso de estos medios de pago electrónicos. Gracias a ellos, se evita el uso de billetes y monedas, que siempre están plagados de suciedad y bacterias.
Combinar la tarjeta de débito y la de crédito es una de las mejores decisiones que puedes tomar. Podemos aprovecharnos de todas las ventajas que ambos sistemas te proporcionan. Continúa leyendo para conocer los mejores trucos a la hora de utilizar ambos medios de pago.
Las tarjetas bancarias: débito y crédito
La primera tarjeta de crédito aparece en el año 1949 en los Estados Unidos, en modalidad de crédito. Posteriormente, aparecen las de débito, de las cuales hay actualmente en nuestro país alrededor de 50 millones. Antes de avanzar, vamos a recordar las diferencias entre la tarjeta de débito y la de crédito.
Tarjetas de débito
Físicamente, una tarjeta de débito o de crédito no poseen diferencias. Ambas cuentan con un chip, un diseño bastante variado y una banda magnética. Las tarjetas de débito son aquellas que te permiten realizar pagos y retiradas de efectivo en cajeros automáticos por el valor del saldo que tengas en tu cuenta corriente. Es decir, si posees 2000 € en tu cuenta bancaria, este será el límite de pagos y retiradas.
Si lo agotas, ya no podrá seguir utilizando la tarjeta hasta que tengas saldo. La mayor parte de las tarjetas de débito no tiene comisión. En caso de hacerlo, siempre puedes hablar con tu entidad bancaria para que te sea retornada. Generalmente basta con que tengas domiciliados algunos recibos o la nómina para que la comisión de la tarjeta no se aplique.
Tarjetas de crédito
Estas tarjetas pueden ser utilizadas también como las de débito, pero con la diferencia de que disponemos de un saldo a nuestro favor que la entidad bancaria nos adelanta. Con ello, podemos realizar retiradas de efectivo y compras sin tener el dinero suficiente. Posteriormente, habremos de pagar el saldo dispuesto de diferentes formas. Puedes hacerlo en la totalidad de lo adeudado a principios del mes, en cuotas fijas o por un porcentaje de la cantidad dispuesta. Generalmente, si hacemos el pago mediante cuotas se nos aplica un interés. Este queda reflejado en el contrato de la tarjeta.
Una de las ventajas principales de la tarjeta de crédito es que suele llevar asociados algunos seguros, que nos pueden solucionar algún problema importante. Por ejemplo, si has pagado un viaje con tu tarjeta de crédito y el avión se queda en tierra, el seguro de la tarjeta te va a cubrir una estancia en hotel y todo lo necesario para pasar la noche. También te protegen ante los tan comunes robos de dispositivos o uso fraudulento de las tarjetas. Las tarjetas de débito y crédito debidamente combinadas solamente poseen ventajas. Son una herramienta importantísima a la hora de pagar, y sus características permiten poder utilizarlas dependiendo de la situación en la que nos encontremos.
Cómo y cuándo combinar correctamente las tarjetas de débito y crédito
Utilizar una y otra resulta ventajoso en determinadas circunstancias. Las tarjetas de crédito han tenido tradicionalmente mala fama, pero esto es así cuando se utilizan de manera incorrecta. Usarlas como medio de pago habitual cuando finalmente hay liquidez no supone ningún tipo de inconveniente. Cierto es que con las tarjetas de débito existe mayor capacidad de control. Gastamos simplemente lo que tenemos y no más. Las de crédito han de utilizarse en circunstancias concretas. Evitaremos así generar una deuda que no sea asumible y nos ponga en una situación de impago.
Debes usar la tarjeta de crédito en estos casos
Cuando vayas a realizar un viaje
Sobre todo si es por el extranjero. Ya que podemos sufrir algún inconveniente de importancia, como que nos pierdan las maletas o tengamos que estar hospitalizados. En estos casos, el seguro de la tarjeta de crédito suele ser la herramienta perfecta para dar solución inmediata a estos problemas. Si no tienes una tarjeta de crédito y vas a realizar un viaje de envergadura, te recomendamos que estudies los seguros asociados a cada una de ellas para poder elegir bien.
No es nada extraño tener que utilizar una tarjeta de crédito para abonar los gastos en un hospital de un país extranjero. Este caso fue bastante sonado en 2019, y lo que salvó la situación fue el número de tarjeta de crédito de un amigo del protagonista de la historia.
Si seguimos en el mismo ámbito de los viajes, una tarjeta de crédito puede ser necesaria durante nuestra estancia en un hotel o para pagar el alquiler de un coche. Sabemos que cuando se alquila un vehículo, la empresa retiene una cantidad como fianza. Esta nos es devuelta si devolvemos el coche en buenas condiciones. A poco que el vehículo sea de gama media, el importe de la fianza está elevado. Si lo abonamos con una tarjeta de débito, es capital no lo tendremos disponible hasta que devolvamos el coche.
Programa de puntos
Muchas tarjetas de crédito están asociadas a programas de puntos de empresas. Gracias a ellos podemos obtener noches gratis de hotel o incluso viajes de avión. Si te es indiferente pagar con la de crédito o con la de débito, puede ser una buena manera de obtener una recompensa al final de año.
Aumentas tu rating crediticio
Tener un buen perfil en este sentido es indispensable para mejorar las condiciones con las que opera con tu banco. Si tu historial crediticio es positivo, te será más sencillo obtener mejores condiciones cuando deseas comprar un coche o solicitar financiación para una reforma. El uso responsable de las tarjetas de crédito puede ayudarnos a mejorar nuestro nivel.
Vas a realizar una compra de envergadura que quieres pagar más tarde. Por ejemplo, un televisor o una bicicleta de montaña. Puedes aplazar el pago al mes siguiente o abonarlo en diversas cuotas.
Debes usar la tarjeta de débito en estos casos
- Si tienes el dinero suficiente para pagar todas tus compras. De esta manera, si te queda remanente al final de mes, no vas a ser necesitar nada más. Aun así, siempre es conveniente contar con una tarjeta de crédito de reserva.
- Si tu control sobre tu gasto no es el adecuado. Hay muchas personas que no son capaces de controlar ciertos impulsos y gastan más de lo que ingresa. Si solamente tienes una tarjeta de débito, estarás aplicando medidas de autocontrol para evitar el sobrendeudamiento. De esta manera gastas lo que tienes, sin necesidad de vivir del crédito.
- Cuando se trata de pequeñas compras. En estos casos, quizá la tarjeta de crédito no sea lo más adecuado. La razón es muy sencilla, pequeños pagos hacen al final uno muy grande. Puedes encontrarte con alguna sorpresa a la hora de pagar lo que debes.
En todo caso, usar ambas tarjetas es siempre más recomendable que utilizar el dinero en efectivo. Ya no solo por cuestiones de higiene, sino porque se gana en seguridad y se evitan problemas. Toda transacción electrónica queda siempre registrada, sin embargo, cuando entregas con billete de una tienda has perdido ya el control sobre él. Pueden tratar de engañarte diciéndote que es un billete falso cuando no lo es, o proporcionarte mal un cambio.
Consejos útiles con el uso de tus tarjetas bancarias
Toma nota de estos consejos que debes tener en cuenta al usar tu tarjeta de débito y de crédito.
- Anota en tu agenda telefónica del móvil cuáles son los números de asistencia en caso de pérdida, robo o de cualquier inconveniente que sufras. Te será mucho más sencillo contactar de esta forma en caso de problemas. Con los nervios propios, lo que más nos interesa es conservar la calma y no perder el tiempo.
- Lleva un control riguroso de los gastos. Para ello, consulta los extractos de las tarjetas, y cuánto vas a pagar a final de mes en el caso de una de crédito. Adecúa tus gastos a tu nivel de ingresos.
- Es muy interesante que tengas al menos una tarjeta virtual para operar por internet. Son muy seguras, y permiten ser recargadas en el momento de realizar una compra. De esta manera si tienes algún conveniente con alguna transacción fraudulenta, solo podrán retirarte el importe que tengas precargado. En caso de que esto fuera así, no olvides poner una denuncia para que el seguro se haga cargo del dinero sustraído.
Ya ves que combinar el uso de la tarjeta de débito y de la de crédito solamente posee ventajas. Hacer un uso responsable de la tarjeta de crédito y utilizar la de débito para los pagos diarios es, sin duda, la mejor de las opciones.