El funcionamiento de un cajero automático puede seguir siendo una incógnita para muchos de quienes lo utilizan a diario. Aparecidos en la década de los 70, son de amplia implantación en cualquier lugar del mundo. Un cajero automático permite realizar operaciones muy variadas, siendo la retirada de efectivo la más común. ¿Deseas conocer cómo es un cajero automático y cómo funciona?
Los antecedentes al cajero automático
Antes de su existencia, si queríamos realizar una operación bancaria como una retirada de efectivo o un ingreso debíamos pasar por ventanilla y hacer la solicitud al empleado. Todo se realizaba primero de manera manual, aunque posteriormente los empleados ya disponían de ordenadores. Pero con la entrada en funcionamiento de los cajeros automáticos, se evitó por fin este paso. Además, los cajeros se ubican normalmente en el exterior de la oficina, con lo que ya no tenemos que acceder a ella.
La llegada de los cajeros automáticos
Supuso un antes y un después en la manera de relacionarnos con nuestro banco; ya que gracias a ellos es posible que no pisemos una oficina en mucho tiempo. Los cajeros automáticos nos dejan hacer casi de todo, desde retirar efectivo, hacer una transferencia, solicitar un préstamo o pagar un recibo. Los cajeros automáticos son consecuencia de la aparición de la tarjeta de crédito.
La tecnología se ha puesto al servicio de los cajeros, ya que una gran mayoría permite el uso del contactless. Esta opción, con la cual no introducimos la tarjeta en el cajero, nos permite operar sin apenas contacto. Gracias a que hoy en día tenemos una extensa red de cajeros, es posible salir de casa sin dinero y saber que a pocos metros encontramos uno que nos saque del apuro.
Así el el funcionamiento de un cajero automático
Una combinación de software y mecanismos físicos es lo que hace funcionar al cajero automático. Pongamos el ejemplo de utilizarlo para una retirada de efectivo a débito. Para ello, introducimos la tarjeta o la aproximamos al lector contactless y procedemos a identificarnos con el PIN. Los siguientes pasos a realizar son estos.
- El usuario solicita la cantidad, en muchos casos elige además la combinación de billetes.
- El software comprueba que dispones de saldo y autoriza la operación
- Diversas bandejas de hasta 3 tipos de billetes se disponen para que un engranaje complicado tome el dinero.
- Un sensor comprueba que el dinero es el solicitado.
- La ranura abre para entregar el dinero al cliente.
- El cajero pregunta si se desea comprobante impreso o en pantalla, y tras ello, se desconecta la sesión.
Los cajeros automáticos se comprueban a diario, ya que deben ser recargados para retiradas, con hasta 3.000 billetes de 50, 20 o 10 euros; así como para retirar el efectivo que se haya introducido en los ingresos. Todo el dinero permanece a salvo en cámaras seguras y a prueba de casi todo. De hecho, un cajero automático puede ser vandalizado, pero es muy difícil, que el dinero quede dañado o que se tenga acceso a él.
El funcionamiento de un cajero automático consigue poner en marcha unos mecanismos de forma rápida para que las operaciones queden completadas en segundos. ¿Sabías que en nuestro país tenemos 53.400 cajeros automáticos actualmente? ¡Qué no sea porque falten!