Cuando se habla de préstamos, siempre se dibuja en la mente la imagen del préstamo monetario o bancario. Pero a nosotros no solamente nos gusta hablar de dinero, y los préstamos lingüísticos son una buena prueba de ello. Te invitamos a que lo descubras, ya que vas a caer en la cuenta de que los utilizas diariamente.
¿Qué son los préstamos lingüísticos?
Con bastante frecuencia, las lenguas incorporan a su vocabulario palabras de otro idioma. Además, este proceso cada vez es más frecuente.
La razón es que estamos en permanente contacto de manera digital con gente de otros países. La influencia de la televisión, y últimamente de diversos canales de YouTube, va provocando que integremos estos préstamos en nuestro vocabulario casi sin darnos cuenta.
Por ejemplo, los habitantes de América Latina incorporan palabras del norte del continente de forma habitual. En muchos de estos países utilizan la palabra freezer para referirse al congelador.
Los europeos solemos tomar préstamos de la lengua inglesa. Cuando el uso de una palabra extranjera comienza a ser tan habitual, podemos hablar de préstamo lingüístico.
Muchos de ellos terminan siendo aceptados por la Real Academia Española de la Lengua. Sin embargo, hay otros de uso común que todavía no gozan con el visto bueno de esta situación.
Palabras como influencer o e-mail no deben usarse en castellano, sino que deben utilizarse sus equivalentes.
Y es que esta definición viene como anillo al dedo, ya que se trata de una palabra que tomamos prestada de otra lengua, la incorporamos y la hacemos nuestra.
Existen multitud de casos en los que no utilizamos la palabra original en castellano, ya que utilizamos la prestada. Nadie dice “perforación” para referirse a un piercing.
¿No te queda claro qué es un préstamo lingüístico? No te preocupes, aportamos una buena cantidad de ejemplos para que termines de afianzar este término.
Préstamos lingüísticos: ejemplos
Con ejemplos vas a entenderlo mucho mejor; además, vas a ver que los préstamos lingüísticos pueden dividirse en varios tipos.
Palabras extranjeras no adaptadas
Toma como ejemplo las palabras de otros idiomas que se usan con frecuencia al hablar español. Seguro que sabes unas cuantas: el software del ordenador, el router para el dispositivo que nos da la señal de Internet, el tip cuando se quieren dar consejos… Todas estas palabras del inglés se utilizan a menudo, pero, tal y como hemos visto antes, todavía no están reconocidas por la Real Academia Española como parte de español. Por eso, se escriben en cursiva. Por cierto, añade a tu lista like y la tan popular online.
Un préstamo lingüístico del italiano que te sorprenderá es pizza. Pese a los años de uso, ¡esta palabra no está adaptada! ¿Cuál podría ser su equivalente? Vale, mucho mejor seguir utilizando pizza.
Palabras extranjeras sí adaptadas
En ocasiones, ocurre que una palabra extranjera se adapta a la lengua que la toma prestada. En este caso se habla de extranjerismos adaptados. Consiste en ajustar dicha palabra a la gramática y fonética propias de ese idioma que la adopta.
Mira estos ejemplos: el anglicismo ticket tiene su versión adaptada al español como tique. La palabra francesa gourmet, para referirse a los gustos culinarios exquisitos, tiene su adaptación al español en gurmé. Sí, la palabra gaélica whisky puede adaptarse a güisqui.
Otros ejemplos, muy usados en el mundo empresarial, son marketing y manager; ambos anglicismos han dado origen a márquetin y mánayer.
Aunque, en estos últimos casos, las personas generalmente prefieren seguir usando los anglicismos. Como has podido ver, los préstamos adaptados se escriben en letra redonda.
Palabras sin traducción o xenismos
En estos casos, la palabra forma parte de elementos culturales o muy concretos de la lengua extranjera, que no tienen un equivalente en la lengua prestataria. Un ejemplo son las armas japonesas como el shuriken o el nunchaku; o las artes marciales como el ninjutsu o jiujitsu.
Por otro lado, también encontramos el calco semántico. Este se da cuando se adopta una expresión extranjera mediante su traducción literal. Por ejemplo: black friday a viernes negro, o mass shooting a tiroteo masivo.
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Ahora que ya sabes que es un préstamo lingüístico, piensa en todas las palabras que utilizas día a día y que han sido adquiridas desde otra lengua. Los préstamos lingüísticos no son más que un proceso de enriquecimiento de nuestra lengua propia, a la cual incorporamos términos foráneos que nos invitan a descubrir más sobre la lengua de la cual provienen.